miércoles, 3 de marzo de 2010

El arte.

El arte de perder no es difícil de dominar;
Tantas cosas parecen colmadas de un propósito
de pérdida que cuando se pierden no es un desastre.

Pierdan a diario algo. Acepten la molestia
de extraviar las llaves de la casa, la pérdida de tiempo.
El arte de perder no es difícil de dominar.

Entonces practiquen perder, más cosas y más rápido:
lugares, nombres, dónde era que estaban yendo.
Ninguna de estas cosas traerá un desastre.

Yo perdí el reloj de mi madre. Y miren, se me ha ido
la última, o penúltima, casa que tanto amaba.
El arte de perder no es difícil de dominar.

Dos amadas ciudades perdí. Y algunos reinos
que poseía, dos ríos y un continente.
Y aunque los extraño, no fue un verdadero desastre.

Incluso tras perderte (la voz mordaz, un gesto
que amo) no habré mentido. Es evidente
que el arte de perder no es tan difícil de dominar
aunque pueda parecer como (¡anoten!) como un desastre.

No hay comentarios: